Se abre el proceso de beatificación de Chiara Lubich

GPII CHIARA
El Consejo Pontificio para los Laicos quiere recordar hoy a Chiara Lubich, que ha sido Consultor de este dicasterio durante mucho tiempo, con esta fotografía proveniente de nuestros archivos y en la que se encuentra con San Juan Pablo II (también él Consultor de este Consejo Pontificio cuando aún era arzobispo de Cracovia) durante el primer encuentro mundial de los movimientos eclesiales y nuevas comunidades con el Papa, que tuvo lugar en la plaza de San Pedro el 30 de mayo de 1998.

El 27 de enero de 2015, Su Excelencia Mons. Raffaello Martinelli, obispo de Frascati, abrió en la catedral el proceso de beatificación de Chiara Lubich, fundadora de la Obra de María – Movimiento de los Focolares, que había pasado gran parte de su vida en aquella diócesis y donde murió el 14 de marzo de 2008. En los siete años transcurridos desde su fallecimiento – según los datos promocionados por el Movimiento de los Focolares – más de ciento veinte mil personas han visitado los lugares en los que vivió Chiara Lubich y donde ahora reposan sus restos mortales.

Desde hace algún tiempo, el Consejo Pontificio para los Laicos está profundizando en las figuras de los fundadores de los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades en los que se ha abierto – en algunos casos ya se ha cerrado – la causa de beatificación, pidiendo a los responsables una contribución al respecto y sobre su experiencia personal de cercanía a estos testigos de Cristo de nuestros tiempos.

«El regreso de Chiara Lubich a la casa del Padre, el 14 de marzo de 2008, fue acompañado por manifestaciones de personas sencillas y personas de prestigio de todo el mundo, diferentes según el credo religioso, la cultura, la proveniencia social y edad, pero unánimes en el constatar la presencia de Dios en ella, considerando su herencia “una de las bendiciones espirituales más hermosas de nuestro tiempo”». De este modo, María Voce, actual presidente de la Obra de María – Movimiento de los Focolares, reconstruye los acontecimientos que llevaron a la apertura del proceso de beatificación. Y continúa: «En el curso de los años siguientes, el recuerdo de su persona y la comunión con ella en la oración han permanecido constantemente vivos. En todo el mundo se recuerda el aniversario de su muerte con iniciativas en su memoria y con la celebración eucarística. Cada año, varios miles de personas visitan en Rocca di Papa su tumba y la casa donde ella vivió durante muchos años. Acogiendo estos signos de una auténtica fama de santidad, la Obra de María (Movimiento de los Focolares) ha considerado oportuno y pertinente promover como actor la causa de canonización. La solicitud de apertura se firmó el 7 de diciembre de 2013, en el septuagésimo aniversario de la consagración de Chiara a Dios, día considerado como el nacimiento del Movimiento de los Focolares, y fue presentada a Mons. Raffaello Martinelli, ordinario de la diócesis de Frascati, como obispo competente».

La experiencia personal de vida de María Voce con Chiara Lubich generó en ella este recuerdo y estas reflexiones:

«Chiara recibió de Dios un gran carisma de comunión y unidad, al que respondió con obediencia, fidelidad y radicalidad. Nos ha demostrado con su testimonio de vida evangélica cómo se construye la unidad, cómo se ama de verdad, acogiendo al otro tal como es y aceptando con paciencia los tiempos justos para caminar juntos. He visto realizado en ella un amor “sin medida”, que no conocía condiciones ni fronteras, característica que ha dejado en mí un recuerdo imborrable. Chiara fue una persona muy sencilla. Irradiaba la alegría evangélica del encuentro con Jesús. Su vida estaba llena de paz y de un optimismo sobrenatural. Recorrió con serenidad un mar de dolores y dificultades que se le presentaron a lo largo de su vida. A nosotros sólo nos mostraba la luz y no quería ser una carga para nosotros, aunque nos comunicara lo que le sucedía. En los últimos años de su vida he tenido la gracia de estarle cerca en modo particular en las tareas de actualización de los estatutos generales de la Obra de María, a través de los cuales indicaba caminos a seguir y metas a conseguir, con la mirada fija en la fraternidad universal y siempre partiendo de la vida concreta. Todo en ella era vida y cada norma nacía de la vida y tenía que ser capaz de generar vida. En Chiara estaba la conciencia luminosa y profunda de que para producir el bien esta “pequeña planta” tenía que estar enraizada firmemente en el terreno de la Iglesia. Por último, la caracterizaba un amor apasionado por la Iglesia, que siempre ha querido dar a conocer y amar como madre, y a la que en los últimos años ha dado prueba de obediencia heroica, acogiendo en seguida cada medida, cada sugerencia con infinita gratitud y cada aprobación como don de Dios. Estoy muy contenta de que, junto a su grandeza espiritual, emerjan cada vez más su capacidad de comprender los signos de los tiempos y la profundidad cultural, teológica y doctrinal de su enseñanza».

© Copyright 2011-2015  Consejo Pontificio para los Laicos | Mapa de la web | Links | Contactos

X

Desde el 1 de Septiembre de 2016,
el Consejo Pontificio para los Laicos
ha cesado sus actividades,
y sus responsabilidades y funciones fueron asumidas por el nuevo
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

 
www.laityfamilylife.va

 

TODO EL MATERIAL PUBLICADO HASTA EL 1 DE SEPTIEMBRE

SEGUIRÁ ESTANDO DISPONIBLE EN ESTA PÁGINA

AUNQUE YA NO SERÁ ACTUALIZADA.