El regalo con el cual inicia este Encuentro con los responsables de la Pastoral Juvenil en Europa son las palabras del Papa Francisco: La pastoral juvenil está llamada a hacerse cargo de los desafíos de los jóvenes de hoy y, a partir de éstos, iniciar un verdadero y honesto diálogo para llevar a Cristo en sus vidas. Pero un verdadero diálogo en este sentido, sólo lo puede hacer quien tiene una relación personal con Jesús, que desborda en la relación con sus hermanos.
Por este motivo, os habéis encontrado estos días para crear una red de contactos y amistades a nivel europeo, y gracias a las cuales los responsables de la pastoral juvenil del continente puedan compartir las experiencias llevadas a cabo “sobre el terreno” y las cuestiones que surgen en ellas. Sabemos bien que queda mucho por hacer. Pero os pido que no os canséis nunca de anunciar el Evangelio con la propia vida y con palabras: ¡La Europa de hoy necesita redescubrirlo! La invitación del Santo Padre a los implicados en la pastoral juvenil es la de guardar a los jóvenes con la mirada de Cristo. Ya que es Cristo el que nos enseña a ver, no sólo los desafíos y los problemas, sino también a reconocer las numerosas semillas de amor y de esperanza derramadas en este continente, de testimoniar la fe con dulzura y respeto y de a proponer a los jóvenes un camino de discernimiento vocacional, para prepararse a seguir a Jesús por la senda de la vida conyugal y familiar o por la de una especial consagración al servicio del Reino de Dios.
El Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos ha introducido el tema del Encuentro: “Una Iglesia joven, testimonio de la alegría del Evangelio”, partiendo justo da las palabras del Papa Francisco en la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium. La búsqueda de la vocación personal, la atención a la llamada de Jesús, la elección de responder a su amor incondicional son las claves para superar el cansancio y el pesimismo: “¿Cómo dar esperanza de nuevo al futuro de Europa, si no es a partir de las nuevas generaciones?” […] Todos nosotros aquí presentes, que trabajamos en el campo de la pastoral juvenil, debemos ayudar a las nuevas generaciones a pronunciar este si valiente a la llamada del Señor. Nuestros jóvenes […] viven serios problemas de identidad, tienen dificultad para elegir. Necesitan, por tanto, de ser acompañados con respeto, dedicación y paciencia en los difíciles y caminos que recorren en nuestro tiempo.
Todos estamos llamados a involucrarnos: lo ha recordado el Cardenal Angelo Bagnasco, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y Vicepresidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, que ha desarrollado su intervención en tres etapas: la definición del contexto europeo, caracterizado por una creciente secularización y de una pluralidad de modelos; la invitación a ser una “Iglesia en salida”, “ comunidad de discípulos misioneros que toman la iniciativa, se comprometen, acompañan, dan frutos y lo celebran”; por último, el aspecto msionero: no existen especialistas de evangelización. El especialista el bautizado. “si uno realmente ha tenido experiencia del amor de Dios que nos salva, no tiene necesidad de mucha preparación para anunciarlo, no puede esperar que le den muchas lecciones o largas instrucciones.”
Sin embargo vale la pena echar un vistazo a la realidad de los jóvenes europeos: sus puntos fuertes, sus dificultades, sus esperanzas. La Profesora Valerie Becquet, “meitre de conférences” en sociología en la Universidad de Cergy-Pontoise, Francia, afronta esta misión nada fácil delineando una Europa de los jóvenes multiforme, donde se presentan diversos modelos de integración social y de acompañamiento que los jóvenes hacia la edad adulta – desde el individualismo meritocrático británico a la sociedad comunitaria escandinava, del peso de la pertenencia familiar en los países del sur de Europa a la lógica de la integración social en los países centro-europeos. Un cuadro complejo y dinámico, del cual sin embargo se tiene en cuenta porque, en definitiva, no puede existir un único modelo de evangelización, cada uno tiene su propio un recorrido y, en definitiva, esta complejidad es un desafío pero también una gran riqueza.
Descendiendo al detalle de un país cualquiera de Europa, el cuadro se mantiene borroso, en la tensión entre la llamada a la “vida de fe”, el discernimiento vocacional y la formación del “proyecto de vida” por un lado y, por otro lado la llamada cultura dominante que estaba presente en todas las sociedades. La iglesia en diálogo con las nuevas generaciones en el actual contexto de emergencia educativa es el tema ha desarrollado por S.E. Mons. Wojciech Polak, Arzobispo metropolitano de Gniezno, y primado de Polonia. ¿Cómo lleva a los jóvenes a la de adulta? ¿Cómo proponerles “el estilo de vida auténticamente angélico”? ¿”Cómo ayudarles a entrar en los grandes valores humanos y cristianos”? El único camino es el encuentro con Cristo, auténtico, sincero, radical: “en el camino común de los jóvenes y de la iglesia quiera siempre por descubrir este método particular que permite llegar a los corazones; ayudar a responder las cuestiones más profundas, capaces de cambiar la dirección de una vida. Ésto sólo se puede hacer a cogiendo la mirada de Jesús que fijándose en el joven del Evangelio, lo amó (cfr. Mc 10,20)”.
Estos mismos temas se han profundizado en los grupos de trabajo, donde los participantes han afrontado juntos las cuestiones centrales surgidas del trabajo de la jornada: ¿de qué manera se manifiesta la búsqueda de Cristo por parte de los jóvenes en las Iglesias locales? ¿Se dedica tiempo y recursos a la pastoral juvenil? ¿Se está respondiendo a la llamada de “salir de la Iglesia” para ir a buscar a aquellos que están más alejados?
Los trabajos continúan el viernes 12 de diciembre con una jornada dedicada a la Evangelii Gaudium: “Dejémonos interpelar por la alegría del Evangelio”
