La cuestión de Dios hoy

Al comienzo de los trabajos de la XXV Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para los Laicos, el cardenal Stanisław Ryłko expresó un deseo que después se confirmó puntualmente en el transcurso de los trabajos: «Es una cosa humanamente inaudita: el Dios infinito e inefable, Creador del cielo y la tierra, se dirige a la creatura humana y habla con ella, se revela al hombre… Durante esta Asamblea Plenaria queremos, sobre todo, revivir juntos este asombro, porque precisamente a partir de este asombro nace la fe, no sólo nace sino que se alimenta de modo permanente».
La Asamblea, que tuvo lugar en Villa Aurelia del 24 al 26 del pasado mes de noviembre, se dedicó a un tema que concierne los fundamentos mismos del ser “laicos, es decir cristianos”, en plena sintonía con el Magisterio de Benedicto XVI: La cuestión de Dios hoy. “¿No tendremos que empezar de nuevo con Dios?”; la segunda parte del título es una cita del libro del Papa “Luz del mundo” (pág. 88). En su ponencia de introducción, el cardenal Stanisław Ryłko trató La cuestión de Dios en el Magisterio de Benedicto XVI. El Santo Padre, además de ser el Pastor de la Iglesia universal es, sin duda, uno de los mayores expertos de la cuestión de Dios en el mundo de hoy, como lo subrayó el Cardenal: «El Papa Benedicto XVI es un gran maestro de la fe que nos ayuda a no perder nunca de vista lo verdaderamente esencial en la vida. Es un gran teólogo, fascinado por el misterio de Dios y, al mismo tiempo, un observador extremadamente agudo del mundo hodierno, dotado de una extraordinaria capacidad de señalar y llamar por su nombre los desafíos más candentes que plantea la post-modernidad a los cristianos».
Después de la precisa síntesis del Magisterio pontificio ofrecida por el Presidente de nuestro dicasterio, el Prof. Sergio Belardinelli desarrolló el tema Fe y no creencia en el mundo de hoy desde un punto de vista socio-cultural, subrayando en particular el carácter ambiguo del actual “renacer” religioso. Por un lado, observó cómo «la fe cristiana, no una fe genérica individualista u otras creencias, para arraigarse en el corazón y la mente de la persona, necesite algunos presupuestos que nuestra cultura, en cambio, está erosionando […]: el sentido de la realidad y el sentido de la verdad»; pero por otro lado «la alternativa de la verdad, la realidad y de Dios es el absoluto sin sentido, cuya experiencia es hecha hoy no por los filósofos que alegremente lo teorizan, sino por aquellas personas, sobre todo jóvenes, que trágicamente lo padecen y juntos sienten una grande insatisfacción, un gran deseo de salir de ahí», un deseo que puede abrir el corazón a la búsqueda de la verdad.
Las dos ponencias siguientes recordaron los presupuestos teóricos y teológicos que permiten plantear correctamente la cuestión de Dios. El Prof. Luca Tuninetti abordó el tema La pregunta sobre Dios, entre razón y fe, destacando el origen mismo de la cuestión: «La pregunta sobre Dios nace en el hombre que se pregunta a fondo sobre la realidad»; es más, «cada pregunta sobre Dios presupone una pregunta que nace de la consideración de las cosas sobre las que tenemos experiencia. Podríamos decir que hay una pregunta sobre Dios porque hay, ante todo, una pregunta de Dios» que nos pregunta a través de la realidad. Para Prof. Tuninetti, lo que «necesita una explicación no es el hecho de que un hombre se haga la pregunta sobre Dios, sino el hecho de que no se la haga». Mons. Luis Ladaria, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dio la ponencia “Creo en un solo Dios”. El Dios de los cristianos, la fe de la Iglesia. La fe cristiana trinitaria, de hecho, es la respuesta de Dios a la pregunta que surge en el corazón del hombre. Mons. Ladaria recorrió los fundamentos bíblicos, patrísticos y del Magisterio de la doctrina trinitaria, que no es otra cosa que la auto presentación de Dios como Amor infinito y absoluto: Deus caritas est.
La jornada sucesiva se caracterizó por la audiencia del Santo Padre, sobre la que informaremos al final, y de algunos testimonios de fieles laicos sobre la cuestión de Dios. Una madre de familia (Anne Moens), un astrofísico (Marco Bersanelli) y un empresario (Alessandro Tramontano), contestaron, cada uno desde su punto de vista, a la pregunta de Dios en la vida diaria de los cristianos: ¿Quién es Dios para ti? Anne Moens contó una experiencia de la presencia de Dios en la vida diaria a partir de su matrimonio, gracias al encuentro con una comunidad carismática. La vida de oración, la acogida de la voluntad de Dios en la relación con el marido y los hijos, la experiencia de la Providencia y el compromiso eclesial en la evangelización han hecho de ella una madre feliz que, por cierto, se ha mostrado preocupada porque prácticamente nadie «propone a las nuevas familias la alegría de tener una familia numerosa y de ser madre de familia, con opción por la pobreza y el abandono en la Divina Providencia que esto implica». Marco Bersanelli habló del asombro cotidiano ante la observación del universo y la relación que esto tiene con su vida y su relación con Dios, marcados por el encuentro con la Iglesia por medio de Don Giussani: «En mi vida, la familiaridad con Dios no es en primer lugar fruto de la investigación científica, que tanto me apasiona. Es más bien el fruto de un encuentro humano que he hecho y que continúo experimentando en el presente. “Dios” sería para mí una palabra abstracta si no le hubiese encontrado en Jesús, por medio del encuentro con testigos creíbles, dignos de confianza, encantadores, en la Iglesia. Sin el acontecimiento de esta humanidad cambiada, que continuamente me sorprende y me corrige, ¿qué sería de mi mirada al universo?». Sandro Tramontano contó de una fuerte crisis existencial que tuvo hacia los 20 años: «Mi experiencia en la Iglesia me decía, en lo profundo de mi existencia, que Dios estaba, pero me preguntaba: “¿Dónde está en mi vida, dónde en mis sufrimientos, dónde en mis pecados y en las alienaciones de cada día?”». Comenzó a profundizar la relación con la Iglesia a través del Camino Neocatecumenal. Hoy es padre de una familia numerosa; destacó el sentido de su actividad de producción energética con métodos alternativos: «Esta actividad… nos hace modestos y nos recuerda que hay un Creador y una creatura, que no todo depende de nuestras acciones y nuestra buena voluntad… Estos ojos abiertos sobre la creación nos han ayudado también con los hijos más pequeños, cuando el domingo rezamos las Laudes y agradecemos a Dios por el sol, la lluvia, el viento, ellos saben que Dios ha creado todo esto para nuestra vida».
El Prof. Manfred Lütz, miembro de nuestro dicasterio, dio su testimonio sobre Dios. Historia de un libro que se convirtió en un best seller. Su libro Dios, de hecho, obtuvo un gran éxito editorial en muchos países y, sobre todo, en Alemania, donde habitualmente las publicaciones de contenido religioso tienen una difusión bastante limitada, especialmente en el área católica. Prof. Lütz, autor de otros libros de gran difusión, nos explicó algunos criterios fundamentales de su trabajo: sobre todo la fidelidad a la verdad sin compromisos, después el uso de un lenguaje directo, no técnico, evitando locuciones de un sabor demasiado eclesiástico, y, por último, un acercamiento no polémico, pero más bien provocador y divertido, que evidencia las incongruencias de la mentalidad dominante.
En la mesa redonda sobre Un “patio de los gentiles” hoy: ¿Cómo responder al deseo del Papa? participaron Giancarlo Cesana y Giulio Ferrara, director del periódico “Il Foglio”. Giancarlo Cesana habló de su experiencia en Comunión y Liberación y de las muchas posibilidades que el encuentro con el cristianismo, auténtica revelación del humano, ofrece a cada hombre que vaya en busca, en sintonía con las exigencias del corazón. Giulio Ferrara, hablando libremente, subrayó la importancia de la institución de Benedicto XVI de proponer un “patio de los gentiles”, un espacio de encuentro y de búsqueda de Dios para creyentes y no creyentes, proponiendo no limitar el “patio” a los encuentros y debates intelectuales, sino ampliarlo a los lugares de compromiso concreto, donde creyentes y no creyentes se puedan encontrar, como es la defensa de la vida y la dignidad del hombre, los fundamentos del vivir civil, la educación y la familia.
En la última jornada, el Prof. Fabrice Hadjadj, literato y filósofo francés, pronunció una ponencia  
sobre el tema ¿Cómo hablar de Dios hoy? Prof. Hadjadj destacó, sobre todo, la dificultad del tema, porque hablar adecuadamente de Dios supera, sin dudas, la capacidad del hombre, siendo siempre real el peligro de caer en habladurías pretenciosas e irrespetuosas del misterio, hecho inevitablemente superficial. La condición fundamental, que hay que mantener para poder hablar correctamente de tal cuestión, es la verdad de la relación personal con Dios, que debe estar sujeto al discurso, como también la relación con el interlocutor. Para ello, por petición de la Asamblea, Prof. Hadjadj contó el momento crucial de su conversión a la fe católica, obtenida por una gracia particular de iluminación de parte de la Madre del Señor.
La Asamblea concluyó con la conferencia de Mons. Clemens sobre Programas del Consejo Pontificio para los Laicos. Balance y propuestas para el futuro. Presentó una síntesis del trabajo realizado por el dicasterio desde la última Plenaria hasta hoy y los próximos programas del dicasterio, entre los que destacan el Congreso panafricano de los laicos católicos Ser testigos de Jesucristo en África hoy. Sal de la tierra… luz del mundo, programado para inicios de septiembre de 2012, y la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro de 2013.
Una aportación fundamental a los trabajos la ofrecieron los miembros y consultores del Consejo Pontificio para los Laicos que, con sus muy numerosas intervenciones, profundizaron los temas de las conferencias y propusieron puntos de vista diferentes, enriqueciendo los contenidos de perspectivas geopolíticas y culturales muy diversas, poniendo de relieve cómo la cuestión de Dios es de verdad crucial para el hombre de hoy en todo contexto.
El momento más importante de la Asamblea Plenaria fue la audiencia del Santo Padre, que fue una ocasión para confirmar la sintonía de intenciones con el Pastor de la Iglesia universal que mueve nuestro dicasterio. Benedicto XVI agradeció al Consejo Pontificio para los Laicos su aportación a la misión del Sucesor de Pedro, recordando en particular el Congreso para los laicos católicos de Asia y la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, que fue «una extraordinaria cascada de luz, de alegría y de esperanza [que] iluminó Madrid, y no sólo Madrid, sino también la vieja Europa y el mundo entero, proponiendo nuevamente de modo claro la actualidad de la búsqueda de Dios. Nadie pudo permanecer indiferente, nadie pudo pensar que la cuestión de Dios sea irrelevante para el hombre de hoy». El Papa apreció mucho la elección del tema de la Asamblea: «La cuestión de Dios es, en cierto sentido, “la cuestión de las cuestiones”. Nos remite a las preguntas fundamentales del hombre, a las aspiraciones a la verdad, la felicidad y a la libertad ínsitas en su corazón, que tienden a realizarse». Benedicto XVI remarcó que «la cuestión sobre Dios se despierta en el encuentro con quien tiene el don de la fe, con quien tiene una relación vital con el Señor… Aquí es particularmente importante vuestro papel de fieles laicos… Estáis llamados a dar un testimonio transparente de la importancia de la cuestión de Dios en todos los campos del pensamiento y de la acción. En la familia, en el trabajo, así como en la política y en la economía, el hombre contemporáneo necesita ver con sus propios ojos y palpar con sus propias manos que con Dios o sin Dios todo cambia». También en la Iglesia hay que mantener viva tal cuestión: «Los cristianos no habitan un planeta lejano, inmune de las “enfermedades” del mundo, sino que comparten las turbaciones, la desorientación y las dificultades de su tiempo. Por eso, no es menos urgente volver a proponer la cuestión de Dios también en el mismo tejido eclesial… La primera respuesta al gran desafío de nuestro tiempo es, por lo tanto, la profunda conversión de nuestro corazón, para que el Bautismo que nos ha hecho luz del mundo y sal de la tierra pueda realmente transformarnos». Al final, el Papa bendijo el Consejo Pontificio para los Laicos, confiando su misión a la intercesión de la santísima Virgen María.

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