Si cada Jornada Mundial de la Juventud es un regalo para toda la Iglesia, lo es en primer lugar para la Iglesia local que la recibe. Quienes han participado en ellas son testigos de la capacidad que tienen de fortalecer la fe en Cristo y renovar la conciencia de pertenecer a la Iglesia. En el lema de la JMJ de Madrid “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (Col 2,6) descubrimos un verdadero reto de vida cristiana, que invita a poner las bases sólidas para seguir a Cristo.
En la próxima JMJ participarán jóvenes de todo el mundo, pero sin duda muchos cientos de miles serán españoles. Por primera vez, la Jornada Mundial de la Juventud regresa a un país en el que ya ha sido acogida anteriormente. Fue precisamente en Santiago de Compostela, en 1989, donde se inició la estructura de lo que son hoy las Jornadas Mundiales de la Juventud: catequesis, vigilia de oración y celebración eucarística.
La diócesis de Madrid se convertirá entre el 16 y el 21 de agosto de 2011 en la sede de la catolicidad con la presencia del sucesor de Pedro y Vicario de Cristo en la tierra, y una gran multitud de jóvenes llenarán las calles, plazas e iglesias con la alegría desbordante de quienes añaden a su juventud el gozo del seguimiento de
Cristo. España aportará su propio ser, es decir, el de una nación de rica y fecunda tradición católica desde los mismos orígenes del cristianismo. Como muestra de nuestro gran patrimonio artístico y devocional, los jóvenes podrán, durante el Vía Crucis del viernes, admirar y rezar ante una de las mejores representaciones de la Pasión del Señor.
Pero, las Jornadas Mundiales de la Juventud no consisten sólo en esa única semana en la que se hacen visibles al mundo. Hay un largo camino exterior e interior que conducen a ella, fundamentalmente a través de la oración. Por ello, nos ponemos en marcha con el gozo de saber que el Señor Resucitado nos acompaña en esta empresa tan suya, a la que ha querido asociarnos. Lo hacemos mirando a la Madre de Cristo y Madre nuestra, en su advocación de Santa María de la Almudena, patrona de Madrid. Ella acompaña nuestra oración perseverante invocando la luz y la fuerza del Espíritu Santo para preparar la Jornada Mundial de la Juventud.
S. E. Card. Antonio Maria Rouco Varela