Los días 7 y 8 de septiembre de 2007, en la Sección “ Iglesia y deporte “ del Consejo Pontificio para los Laicos se llevó a cabo un seminario de estudios internacional sobre el tema “El deporte: un desafío educativo y pastoral”. La finalidad del seminario era reflexionar sobre el papel del presbítero como capellán deportivo, puesto que es a través de esta figura que el ministerio pastoral entra en el mundo del deporte cada vez más en expansión; un mundo que comprende tanto el nivel profesional como el amateur y que alcanza el ápice en los grandes eventos deportivos. El llamamiento del santo Padre Benedicto XVI al mundo del deporte para que sea “ iluminado por Dios, mediante Cristo “ (Carta con ocasión de los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín, 29 de noviembre de 2005) y su discurso sobre la educación a la fe, en la apertura del Congreso de la Diócesis de Roma (11 de junio de 2007), fueron el telón de fondo de las reflexiones sobre el papel del capellán deportivo. En esta luz, el capellán aparece como una persona activamente comprometida en llevar la presencia de Cristo en el mundo del deporte ya sea como guía o como amigo de los atletas, y un valiente testigo del Evangelio y de la dignidad de lo deportivo.

Una de las prioridades del ministerio pastoral es acercar las nuevas generaciones a la fe, algo necesario especialmente entre los jóvenes que practican el deporte, porque esta actividad puede y tiene que ser una experiencia educativa y formativa. Sin embargo, puesto que hoy “ cualquier labor de educación parece cada vez más ardua y precaria“ a causa de “ la creciente dificultad que se encuentra para transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de la existencia y de un correcto comportamiento “ (Benedicto XVI, Discurso de inauguración del Congreso de la Diócesis de Roma, 11 de junio de 2007), y puesto que el mismo deporte pierde a veces su capacidad educativa, fue necesario, durante el seminario, reflexionar sobre estos desafíos educativos y buscar maneras adecuadas para que quienes están comprometidos en los ministerios pastorales en el campo del deporte puedan superarlos. En todo esto, la figura del capellán se delineó como una guía potencial para los atletas, a menudo inmersos en el mundo del relativismo y del materialismo y cuyos padres o educadores han abdicado de sus responsabilidades en su formación. Está claro que la tarea de la educación pasa por la libertad, pero también requiere disciplina. En esto, el capellán deportivo puede ofrecer una voz autorizada tanto más convincente cuanto más logre ganarse el respeto de los atletas mediante un genuino servicio que comporta pasar tiempo con ellos y mostrar interés por su bien. Se hizo presente que aunque entrenadores, compañeros de equipo e incluso los padres se preocuparan solo por el éxito deportivo del jugador, el capellán está allí exclusivamente para su bien último, sea cual sea el resultado de su actuación.

Si bien el seminario de estudio se centró en el papel del capellán, la valoración del actual ministerio pastoral de la Iglesia en este campo reveló la inmensas oportunidades que el deporte ofrece a la creatividad y al apostolado de los laicos. Entrenadores, padres, directores deportivos y voluntarios pueden y deben ser un factor clave para contribuir a recuperar de la dimensión formativa del deporte y sacar provecho de las oportunidades que el deporte ofrece para la “ socialización de la fe ”.

El seminario fue la ocasión para los capellanes de los equipos olímpicos y para quienes están implicados en la organización de los aspectos pastorales y de evangelización de los grandes eventos deportivos, de tener una primera oportunidad para un intercambio de ideas y para discutir de las iniciativas y de las formas de colaboración más adecuadas para realizar concretamente su ministerio. Estamos agradecidos por la generosa colaboración y por el amplio abanico de vivencias que los participantes y los relatores aportaron a la mesa de nuestros trabajos desde todo el mundo.

Ya estamos trabajando en la publicación de las actas del seminario, que se editarán en italiano y en inglés.